domingo, 2 de diciembre de 2012

Presentación


El interés por el niño y el adolescente no es una novedad, pero, no debe olvidarse que en la historia del pensamiento humano, fueron los NIÑOS Y LOS ADOLESCENTES últimos en ser observados y reflexionados por la ciencia, aunque apenas en el siglo XIX, y gracias a la misma ciencia fue reconocido su lugar social y derecho civil. Y es particular, que el origen del psicoanálisis, que diera cabida al niño desde muy temprano en su desarrollo como disciplina, comparta con el niño y adolescente, las mismas condiciones coyunturales que marcaron sus ingresos en el campo del saber.

Ahora bien, si las ciencias humanas los hicieron sus objetos de estudios: la educación, invirtió su energía en formarlos según los ideales sociales del hombre del mañana; la pediatría, veía en él un cuerpo inmaduro, que había que alimentar para que pudiera llegar a ser un hombre inteligente, fuerte y capaz socialmente; la psicología, que tardó en interesarse por sus procesos, llamó la atención de los psicólogos apenas en la primera década del siglo XX, especialmente le motivó los procesos de pensamiento y el desarrollo de la inteligencia. Paradójicamente, concomitante a ésta preocupación e intervención científica, reino como regla común entre ellas el desconocimiento de la existencia de sus respectivas realidades psíquicas.

Fue Freud quien subvirtió esta concepción, cuando preguntando por el sujeto en el síntoma, encontró la actividad sexual infantil, desconocida hasta Freud y aceptada solo como consecuencia de la maduración orgánica del niño y del adolescente. La idea de un deseo infantil era escandalosa y revolucionaria, porque acreditaba la presencia de una sexualidad, que Freud pudo ver, identificar y formalizar, al dejar de lado en su práctica clínica sus referentes y prejuicios médicos, sociales y morales. Consiguió de esta manera aportar al saber científico una nueva concepción sobre la verdadera naturaleza del hombre que el niño enseña. Así, Freud logró desvelar los límites que la evolución tiene en el hombre, debido a la presencia e incidencia del lenguaje, que ocasiona su desviación del cauce instintual, para devenir en un ser sexual cuya naturaleza pulsional le ocasiona problemas, que se expresan en sus síntomas, como índices de su constitución subjetiva y organización psíquica y efectos de la defensa frente a la pulsión.

Este paradigmático y temprano descubrimiento en la historia del psicoanálisis, lo ejemplifica el famoso caso Juanito, que sirvió de apoyo para que rápidamente los analistas posfreudianos concibieran las posibilidades de un psicoanálisis con niños, que se inició con grandes e importantes debates, que marcaron e influyeron en la historia del movimiento psicoanalítico.

Dicho debate, sobre las condiciones, las posibilidades y los limites de un psicoanálisis con niños, es vigente en el mundo psicoanalítico, en especial en el campo lacaniano y, en nuestro medio en particular, donde contamos con una historia de trabajo, que representó el CEPAN (Círculo de Estudios Psicoanalíticos sobre el Niño, de la FFM -Fundación Freudiana de Medellín-) y diversas propuestas posteriores universitarias de formación posgraduada.

Retomar este trabajo, replantear las preguntas sobre el niño y el adolescente, después de una década, es obligado y pertinente, máxime si en el trascurso de la misma se logró consolidar un estilo de trabajo, una Escuela y una formación continuada, que resignifica y replantea este trabajo sobre el niño y el adolescente. Hoy nuevamente son objeto de nuestra pregunta e interés en el Foro de Medellín y su Escuela, porque la práctica analítica de sus miembros, con niños y adolescentes, ha sido permanente; sumado a esto, este retorno sobre el niño y el adolescente se justifica, como eco del trabajo que en la ciudad han desempeñado en estos años y desempeñan actualmente, diversas instituciones que se ocupan de los niños y los jóvenes.

Cuenta sobre manera, para apoyar ésta propuesta de trabajo, las condiciones actuales que en la ciudad de Medellín sufren y padecen el niño y el adolescente, porque están aquejados de una serie de problemáticas que crecen exponencialmente, a pesar de las reformas y medidas gubernamentales contempladas en las nuevas políticas y leyes de infancia y adolescencia. Tal incremento del malestar y por consiguiente, el aumento de los síntomas y trastornos en niños y adolescentes, son detectados y observados diariamente, de cerca y con facilidad, en el lazo social, en las instituciones educativas, en las instituciones asistenciales y, en especial, en sus familias, el sufrimiento que padecen niños y adolescentes son razones suficientes para causar y demandar un saber y una respuesta a las preguntas, ellos mismos son como sujetos sufrientes y en construcción.

La iniciativa de relanzar el trabajo de reflexión sobre las particularidades, las problemáticas y las perspectivas de intervención, en el Foro de Medellín, se apoya también en las recientes iniciativas a nivel mundial, que en el campo lacaniano se dieron, con la fundación de las redes sobre el niño y el adolescente, como vínculos de trabajo interdisciplinario e interinstitucional, de profesionales que atienden en su práctica a ésta población.

El Foro de Medellín quiere sumarse a ésta dinámica, y asume de nuevo un espacio de reflexión y análisis al que están convocados todos los interesados, dispuestos con su trabajo a mantener regularmente este espacio, en torno del niño y el adolescente.